En esta ocasión Andrés Santiago, director de nuestra clínica veterinaria en Sevilla la Nueva, nos habla sobre esta patología relativamente común en nuestros animales de compañía:
«Mi perro se ha roto el ligamento cruzado anterior»
El Grupo Peñagrande ofrece servicios de referencia para multitud de clínicas veterinarias que no disponen de los medios materiales, técnicos y personales para realizar este tipo de cirugías, por lo que colaboramos realizando este tipo de intervenciones para recuperar la calidad de vida y el bienestar de los pacientes de muchos compañeros del sector.
¿Qué es el ligamento cruzado anterior?
Tanto nuestras mascotas como nosotros tenemos un ligamento cruzado anterior en las rodillas. Es una banda de tejido fibroso que une el fémur a la tibia, evitando que la tibia se desplace hacia adelante en relación al fémur.
Rotura del ligamento cruzado anterior:
Generalmente en los perros este ligamento no se rompe de forma repentina debido a un trauma excesivo, sino que degenera lentamente con el tiempo, como una cuerda que se va deshilachando.
Se desconoce la causa precisa, pero probablemente los factores genéticos sean de los más importantes, además de influir otros factores como la obesidad, la conformación individual y determinadas afecciones inflamatorias de la articulación.
¿Cómo sé si mi perro se ha roto el ligamento cruzado?
La cojera es el signo más común. Puede aparecer repentinamente o tras el ejercicio. Normalmente los perros que padecen esta afección no apoyan la extremidad afectada o la apoyan cada varios pasos.
Lo ideal es acudir a tu veterinario de confianza para que realice la «prueba del cajón» y confirme el diagnóstico presuntivo. En muchas ocasiones se requiere sedación para realizar dicha prueba, dado que la tensión muscular puede dificultar el diagnóstico.
¿Qué ocurre cuando se rompe el ligamento cruzado?
La rotura del ligamento desencadena una cascada de eventos que resultan en dolor y cojera. Generalmente cursa con osteoartritis progresiva que deteriorará la articulación en cada movimiento.
Diagnóstico:
Para realizar un diagnóstico preciso se requieren diferentes técnicas, comenzando por un estudio radiológico de la Extremidad Posterior, la «prueba del cajón» realizada en consulta y, si es necesario, un TAC para conocer el desgaste exacto tanto de este ligamento como de los colindantes, así como para conocer el desgaste de la articulación y valorar de forma más profesional la cirugía.
Algunos tratamientos quirúrgicos:
TPLO (Osteotomía de nivelación de la meseta tibial):
En esta cirugía realizamos un corte radial en la parte superior de la tibia y se realiza la rotación del segmento de meseta hasta que la pendiente anterior del hueso no está presente. El hueso se fija en esta nueva posición mediante una placa ósea y tornillos autorroscantes de titanio quirúrgico.

Tratamiento quirúrgico de Rotura de Ligamento Cruzado en perros
TTA (Avance de la tuberosidad tibial):
Se trata de un procedimiento quirúrgico que sigue el mismo principio que la TPLO, aunque con principios matemáticos más complejos.
Básicamente se altera la dirección de tracción de los músculos cuádriceps para neutralizar la tendencia del fémur a deslizar por la pendiente de la meseta tibial.
Ambas cirugías tienen como objetivo modificar la meseta tibial para que sea perpendicular al tendón rotuliano y así estabilizar la articulación y evitar que continue el desgaste articular.
¿Qué beneficios tienen estas cirugías?
La recuperación ósea es más eficiente que la recuperación de ligamentos, por lo que este tipo de cirugías son de recuperación más rápida que si tratamos de reemplazar el ligamento dañado.
La articulación vuelve a estar en uso de forma habitual en un periodo muy breve de tiempo, aproximadamente tu perro tardará entre 1 y 3 días en apoyar de nuevo la extremidad.
El tipo de cirugía se decide realizando un minucioso estudio a nuestro paciente y su situación, por lo que el procedimiento se adapta al 100% en cada caso.